sábado, 23 de agosto de 2008

Amén-salismo

Comenzar la letanía resulta siempre trabajoso
cocer palabras en hilos a la tela rota de los lamentos.
Salió a perderse de si y olió con su defectuoso olfato
el aliento a humo del parque que cargaba el viento

hálito de la noche que con llanto amargo
se derrumba por la indiferencia ingenua que alumbra a tiempo.


Las palabras desnudas resucitan en su piel
sin conocerla sus dedos ni labios con besos

El tiempo se vá y no lo dice el reloj
también corre para ella, como la marea
que se abre paso para dejar tuerto el verso

siempre sucede.

Si supiera mirar le cantaría
si pudiera escuchar su silencio.

La calle nunca duerme
por algún lugar danzan sus cabellos
y no quiero hablar del viento

sin estar esperando no muevo de la silla
anunciando palabras para dibujar su boca
mareando a las hadas para que la traigan conmigo

Y paso la noche entera en este trajin
de querer bañarla con letras como el agua
de evitar mancharle sus barreras a la entrada


Lo que daña sigue consumiéndose
lo que anima se encuentra, ausente

Algo de mí sangraré y conmigo algo de ella que crecerá como las flores en el pavimento.

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