martes, 30 de junio de 2009

Un 21 de Febrero escribí que fui. (Personas y pensamientos, segundos)

Comiéronme las gotas,
cada gota de cada charco que piso
para luego devorarme las rocas
y los trémulos llantos del vicio.

He dejado de mi intelecto pedazos
regados en algunos vasos,
ni baldíos ni necesarios,
desadaptados versos inmediatos.

Voy a escribirle un código al amor
un código sin palabras
versos en imagen, calor
páginas de olores teñidas
y en sus carnes, ceñidas
dos bocas, deseo y una canción.

Cosiéronme un cuerpo al alma
y desde entonces no he podido volar.

Puedo sentir los cuerpos, puedo mi piel rasgar
pero no puedo encarnar al verso ni a la luna tocar.

Vengo con el corazón empolvado de suelo
y la ilusión desnuda sobre las nubes.

Vengo con un puño cerrado en el pecho
con dedos húmedos que apenas se escurren.

Me muero a la noche y entonces recuerdo
veo en lo negro miedos y deseos
me nubla la inconsciencia, no duermo, sueño
aún cuando estoy despierto.

Con cada sol nazco, vengo a la vida
invoco rastros, rostros, restos y voces
mismos humanos, muchos tranvías
miro sus caras y no veo muchas veces
cosas en potencia de ser se sienten
pero no logro concretar la salida.

martes, 23 de junio de 2009

Viento Miento Tiempo Muerto Lento Silencio

Qué es mi lamento sino el silencio del viento
Mi dicha, voz de madre que regocija

Estoy cansado de ver tantas palabras escritas
Estoy harto de sentirte tan lejana
y del tedio de mi cabeza
y del humo de las aceras
del frio sin abrigo que no termine molestándome.

De este amor tan odioso,
de este odio tan enamorado.

De la dicotomía, la ambiguedad, la malicia, la mentira, la estulticia, la rutina, la pasividad.
y a ratos, hasta la vida.

De no poder penetrar como las balas o los perfumes,
de que mis palabras no sean un virus, sino sólo palabras,
de seguir esperando, de seguir viendo caras mundanas
y seguir hablando y caminando y escuchando y leyendo palabras
y escupiendo palabras
y rayàndome el pelo y el paladar con palabras.

De verme tan lejos del fondo de la tierra, tan arraigado a la superficie que me limita y de que todo sea normal, programado, aburrido, abrumador.

O tal vez, como piensas tú, lo que me tiene harto es seguir haciendo esto mismo, nada.