domingo, 8 de agosto de 2010

Apúnta me alcoma

Cómo se empieza a contar una historia que no es historia sino cuento que no cuento sino ilusión sino recuerdo sino deseo sino sentimiento pretencioso carente y necesitado de palabras que no requieren ortografía que no creen porque no quieren que no pueden porque no creen que no saben cómo ni cuando si no es ahora si no es now hoy mismo hace unas horas en cualquier intersección del sol o de la luna en cualquier dia de lluvia en cualquier toque de queda o posesión presidencial cualquier juego de palabras que escalabren los andenes si te ven cruzar con tu sonrisa perfecta sin tiempo sin miedo sin intenciones de discutir el sentido la dirección el entendimiento de la perfección cuando se enreda en sus formas y en mis pasos en todas sus ropas que me arropan como ceñidas en brisa en espacio y silencio en un sutil fugaz diáfano atemporal efímero cruce de miradas minadas por mis ojos ménades por los tuyos tan mendigos tan llenos de mimbre y canciones sabias que no te sabias si no era con esos ojos conocedores del saber del amar y el sabor del mal del mar que es tu pelo volátil en un mundo anhelado donde sólo tu rostro tiene alas tiene ganas de salir de este ámbar desolado que es la duda cuando dura una canción lo que una luna sólo para que entiendas que soy una bomba de tiempo y será Cerati o será por ti y por la tarde que me arranca la prisa al encontrarte en no cualquier esquina en no cualquier momento en la esquina de siempre en el momento de siempre a partir de hoy en un lugar decente donde te amaría de las maneras más indecentes porque es más diciente que decir simplemente que hoy te volví a ver vertida en risas que desembocan en mi camisa cortada unos segundos antes porque es como si estuvieras también en la mujer de unos segundos antes de manera que me detiene a decirme que está sola que no tiene dinero para volver a casa y yo busco sin esfuerzo y luego la miro y espero porque si no espero no te encuentro y no se amarran nuestros sueños chuecos nuestras pupilas contaminadas contradictorias colmadas de una ceguera insólita que no detiene el pensamiento que no detiene el cuerpo pero lo atonta y luego hace aparentar que no te ví que no te sonreí con vista absorta que no pensé en lo prudente que habria sido tener poemas en los bolsillos poemas o colombinas para combinarte con otro momento para moldearte en sueños para seguir pensando en tu nombre de heroína de la Nueva Granada en ese nombre que me dice tantas cosas que nunca me has dicho que me dice que nunca me lo has dicho pero que no es necesario que no tienes idea porque cuando nos conocimos tú estabas enamorada y yo era un muñeco encantado que comía papas y a veces te miraba y miraba tu alegría y miraba tu sonrisa y me olvidaba de la muñeca mia que dormia el amor mientras yo te veía y sabía que ya no te olvidaba ni de vez en cuando ni temprano ni tarde ni poco ni bastante por lo vasta por lo sangre por lo impreciso que era mirarte en ese momento preciso por lo impreciso que fue encontrarte hoy en ese momento preciso y preso de las decisiones más inusitadas de las situaciones más inverosímiles como si encima de todo estuvieras tú como un bien mayor como un pase necesario para un paseo obligatorio por lo inmensa que vuelve a ser la vida al verte sonreirte de manera diferente cuando de repente te detienes a buscar algo en tu cartera justo antes de cruzar la calle para alcanzarla a ella y sin cansarte levantas la mirada y entonces es como si sintieras un viento no tan frio ni tan cálido sino mas bien un viento diáfano entre tanto afán y tanta séptima que ahora es más placentera porque te recuerda porque recuerda esta historia que no es historia ni cuento sino encanto que nunca te he contado ni espero hacerlo aunque desespero mientras aguardo y guardo ahora en mis pupilas un rojo mejor que el poniente unos labios con más versos para ver si luego me vuelve el beso a la boca y entonces se acaba tanta mierda y tanto sabor a nada tanto sabor a tierra y a nada que está dada por tantas cosas como los huesos en salsa como los besos en cama porque eres como Aneth sólo que te veo tendida entre mi tinta desteñida que se riega por las destendidas sábanas que se desentienden de mi cuerpo porque no pueden comprender cómo es que las histerias no tienen final y caben en un grito cada vez que giro en lo interna que es la vida en lo eterna que es la huida