Ya vienen los perros
como en un solo del obsceno
orando por el primero sorbo de poker
(el primer sordo),
donde big man, pig man intenta
poner a funcionar el cerebro
en el juego de cartas.
Y la mona nada que llama
la nada en la llama mona.
La nostalgia cegando los párpados míos,
míos de Natalia, míos de Verónica
y Carolina.
Somos los de siempre
con algunos moños más encima,
plagados de destinitos del siglo XXI,
sometidos figurando a la muerte,
adivinándola tras las pantallas
y los niños táctiles..
1 comentario:
Acá todavía lo entiendo.
Publicar un comentario