Las palabras contorcionistas
se agolpan para visitar el cielo
desembocar entre los vestigios de algún cuento,
de un poema colgado del silencio.
Su menester se tornó
al revez de la razón
y en sus noches enfermas
olvida fácil la alborada,
se amontona sobre sí
para ocultar el dolor mundano.
Sus fechorías la acorralan
posándose donde entra la luz del alba
donde su cuerpo anunciaba la entrada,
está con ella,
sus disfraces serán nada.
se pierde en la bruma de sus etiquetas
se bañó bajo ellas tantas veces
que aveces se olvida de ella.
¡Soledad, estás cerca!
Susurra dolores con su mirada
detrás de sus lentes encerró palabras
olvidó lo primero que dije, se retuercen
Y buscan el cielo,
reflejo que conocen
de sus ojos,
sinceros, hirientes.